El reverso tenebroso del dorsal

Confieso padre que he pecado...
Hace no mucho tiempo y en una galaxia no muy lejana me apunte a una carrera, si a una carrera.
La San Silvestre de Villaverde, la quinta que se celebra.

Se trata de una carrera corta, apenas 4 km, en uno de los barrios mas olvidados y marginados de la Comunidad de Madrid, los barrios céntricos de Madrid estarán muy recogidos pero para que unos estén muy limpios otros tienen que estar muy sucios y el sur de Madrid concretamente da asco.

Una inscripción por dos euros, cerca de casa, con fama de que te tratan muy bien, ¡JA! ¿donde esta la trampa?. En ningún lado señores/as se le llama hacer las cosas con cariño y no por los cuartos, todo organizado por el Club de Atletismo Incolora 

Y no nos confundamos que ya estoy viendo al típico raner decir, "yo es que para menos de 10 km no salgo", pues no salgas, pero ni de tu casa.
En 4 kilómetros no solo te da tiempo a calentar o a sudar, te puede dar tiempo hasta a vomitar, sales con todo.

Y así es como corredor y familia se pusieron en camino hacia dicha carrera, por que me vais a permitir un apunte, una carrera sin mi familia alrededor, ni es carrera ni es nada.

La carrera transcurrió de forma tranquila, todos los corredores y corredoras dando una vuelta al Parque  Plata y Castañar, tramos de tierra, tramos de asfalto, todo bien marcado, señalizado y animado.

De mi carrera destacaría dos cosas, la primera y no mas importante los ritmos, correr a 4:30 con sandalias se me antojaba complicado e impensable, la segunda y mas importante, el pique sano que mantuve sin querer con un hombre de avanza edad, me hizo sudar tinta, sangre, sudor y lagrimas, al acabar la carrera se acerco a mi y me felicito dándome la mano. Detalles.

"Podéis hacer fotos, llevo sandalias"

Al acabar la carrera fuimos obsequiados con liquido para beber y una bolsa con algun detalle dentro,

Mientras tanto...iba yo haciendo el ganso con mi Garmin...reseteado a datos de fabrica. No hay track y no hay mas datos que un simple pantallazo.

Y no puedo negar que he vuelto a sentir ese sabor dulce que te deja una buena participación en una carrera ... El despertar de la fuerza...

Un saludo a todos.